martes, julio 04, 2006

SnowboardFreaks - Tavascán: lo que pasó luego

Desde la nostalgia de la temporada pasada, me dispongo a realizar este comentario a paso corrido. Casi medio año después, esperando junto al calendario la llegada de la nueva temporada, los minutos ya pasados me han hecho ver necesario completar -si bien de forma parcial- las aventuras que ocurrieron aquel fin de semana de nieve en Tavascan.

Por qué?

Porque sí, claro.

La historia de cómo esta entrada empezó a cuajar, haciéndose un hueco en mi cabeza hasta exigir convertirse en una realidad hecha a base de letras y espacios, queda fuera de toda relación con el mundo del snowboard. Así que no entraré en detalles. Pese a todo, unas palabras de agradecimiento para Abel Almazán ya que sin él, no habría encontrado la información que os ofrezco.

Para empezar: un milagro

La lejanía en el tiempo tiende a magnificar los hechos que conforman las historias, de manera que el tiempo no se conforma y deforma los actos. De esta manera se forman las leyendas. Y así la leyenda del GGAB aumenta a cada viaje que realiza.

Extracto del libro de ruta de los snowboardfreaks, capítulo 6:
"La mañana se levantó perezosa, como los integrantes de la expedición. Una vez nos juntamos todos a la mesa, agradecimos el regalo que el nuevo día nos suponía. Tras la celebración de este acto de reunión y particular introspección salimos dispuestos a disfrutar de un dia de nieve."

Desgraciadamente el parking estaba helado y al intentar arrancar el GGAB nos dimos cuenta que no tenía tracción suficiente para salir del sitio donde lo habíamos aparcado.

Tal como aclaró más tarde uno de los testigos: "[...] de repente el GGAB empezó a deslizarse hacia el río. Pese a estar lejos de la riera nos asustamos, claro, y nos pusimos a buscar soluciones para poder sacar el gogo del sitio donde había embarrancado." Tras muchas ideas alocadas, varios intentos fracasados "[...] conseguimos mover el GGAB arrancando con el freno de mano a medio poner y añadiendo peso sobre las ruedas traseras para conseguir mejor tracción." Debemos agradecer a Unu y a Necora que a lo largo del año no hicieran el régimen prometido tantas veces y nos proporcionaran el peso necesario para poder sacar el vehículo. A continuación un gráfico que muestra la peligrosa situación en que se desarrollaron los hechos.



La ruta, la estación

Los veinte kilómetros que nos separaban de la estación alpina pasaron con total tranquilidad. Una vez allí los seis participantes del derby subimos, con mucha dificultad, al punto de salida de la carrera. Como era la primera bajada del fin de semana, dudabamos entre hacer el parisino y tomar la ruta sencilla o bajar por el camino del dolor, el camino de los machotes, el camino de la gloria.


La carrera probaba la hombría de los participantes. Al contrario de lo habitual entre otros corredores, el snowboardfreak no se caracteriza por el afán de superar las pruebas que supone la competición, sino que su meta es ser mejor que otro snowboardfreak para así poder restregárselo por la cara a lo largo del año siguiente. Al respecto, el auténtico snowboardfreak responde al siguiente principio:

Para qué voy a competir con gente que no voy a ver
nunca más? Lo importante es ganar al que veo cada día
y poder recordárselo a cada minuto.



Clasificación

PosiciónCorredorTiempoModalidad
12Unu0:06:23snowboard
BM0:07:41snowboard
18Bob0:09:24snowboard
Necora0:16:02snowboard
21Alba0:16:47snowboard
Arkasha0:16:50snowboard


Y ya para acabar

En la recámara quedan muchas cosas. El sorteo de la noche, el grano espectacular y HORRENDO de Gorka, las risas, el trago de palinka... Todo en el mejor ambiente posible esperando poder repetir (quién sabe si otra vez en el GGAB) el año que viene!

2 comentarios:

Arkasha dijo...

Tremenda aportación que sin embargo no hace mención alguna de los parisinos que se perdieron este evento. Llámales Barón y Data, llámales parisinos.

Anónimo dijo...

Se agradece el link
Passaport d'emocions