"ay la pillina, dónde se habrá escondido?"
No en vano es frecuente encontrarlos concentrados en reuniones donde piden a su Dios de las Nieves particular que devuelva los tiempos en que un manto blanco cubría los verdes pastos sobre los que se alimentan las vacas (enemigas acérrimas del snowboardfreak).
Y así es claro que en cuanto el snowboardfreak puede disfrutar de algo de nieve, le da las gracias al cielo dándole las más cariñosas muestras de afecto.
"Ay cómo te quiero!"
1 comentario:
Costó encontrar la nieve, pero finalmente la hubo! Aunque en su mayor parte en forma de hielo, como la segunda de mis vertebras dorsales puede atestiguar.
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