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jueves, abril 10, 2008

Republica FreeRide Capítulo III: Chete's Redemption

Pasan los días y ya casi no me acuerdo de lo que es surfear. El fin de semana y el calorcito, las claras a la salida del trabajo, las bravas, el bicing. Se siente uno mismamente como si estuviera en París.

Es en estos momentos en los que recordar la traza, la subida a pata, el ir caminando por la carena, la bajada, los aplausos.. hace que lo que inmediatamente pasó a ser el mejor descenso del año, poco a poco a formar parte de la leyenda de los snowboardfreaks!

La mañana se levantó cálida y brillante. Teníamos miedo que la nieve no estuviera en óptimas condiciones para el descenso pero la ilusión y el sol ablandando la nieve nos dio esperanzas.

Durante las bajadas de calentamiento, como todo buen snowboardfreak! debería hacer, intentamos demostrar al resto que son una panda de gayones parisinos y que no saben correr ni saltar. Y en uno de estos "parisino déjame pasar que voy más rápido que tú", el muy Hunurable se hizo pupita sexual.


 
Ay qué dolor!

Mientras tanto nuestro héroe estaba impertérrito buscando la traza que seguiría en su bajada, observando cada roca, cada árbol que tendría que servirle de referencia una vez estuviera en lo alto de la montaña.

La subida fue menos dura de lo esperado, por suerte el sol había ido haciendo su trabajo y la nieve había ido cogiendo la melosidad necesaria. Aún así, entre la organización corría el miedo de que las condiciones no fueran buenas y se guardaban la posibilidad de anular la prueba.

Total, que finalmente anularon la prueba porque la calidad de la nieve no era muy buena y cada uno bajó por donde buenamente quiso y pudo. Nuestro héroe optó por una bajada sin mucho riesgo que iba a dar a una pala brutal en las que pudo regalarse de lo lindo.

-"Por ahí bajé!"
Después de superar la zona helada entré en la pala y empece a disfrutar. Dios! cuanta nieve sin trazar. No me di cuenta de lo que estaba disfrutando hasta que llegué a la zona de encuentro y empecé a oir aplausos. La verdad es que no creía merecerlos, pero me había regalado tanto que me daban ganas de volver a subir.
Y de ahí a la gloria. O mejor dicho, a la barbacoa. 

Y la vuelta, pues la mar de tranquila. Bueno, justo después de poner gasolina se nos jodió el coche! suerte que un amable gruero nos ayudó y pudimos llegar a casa sanos y salvos.

Reconstrucción virtual de los hechos

Adiós Tavascán! Hasta el año que viene!

jueves, marzo 20, 2008

República Freeride Parte I: Ikea

Viernes 14 de marzo de 2008, 6 de la tarde:

Había quedado con Hunu en el parking del Decathlon de Montigalà para juntar el material y salir pitando a Tavascán. Cualquiera podría pensar que lo hicimos a propósito para entrar a comprar algún último detalle de cara al duro fin de semana que nos esperaba.

Pues no.

Como sabíamos que el viaje iba a ser largo nos fuimos al Ikea a merendar, que aunque la comida es muy mala, es muy barata. Recomendación: no compréis las patatas.



Una vez tuvimos el estómago lleno, salimos hacia el refugio de la Pleta del Prat. Y fin.

- Cómo? Fin del viaje? Ya está? sin ninguna peripecia, anécdota, alguna odisea?
- Sí vale, vale! es que lo queréis saber todo.

Con la poca nieve que hay actualmente, el hecho de que un grupo de valientes expedicionarios se atrevieran a partir a la aventura de las carreras fuerapistas y demás maravillas provocó que la despedida fuera una fiesta digna de grandes héroes.



"Gracias, chicos!"

Y claro, con tanta gente, luego se montaron unas caravanas en la B-20 impresionantes. Por suerte, la policía montó un operativo por las calles de Badalona que nos permitió empezar el viaje con cierta tranquilidad.



amable policía que nos abría camino por las calles de Santa Coloma

Y esto es solo el principio. La aventura continúa en "República Freeride II: La caída de un mito."

lunes, marzo 10, 2008

Masella

No podría contar las veces que he estado en Masella. Desde mis origenes como piltrafilla surfero hasta la madurez como snowboardfreak! creo haber hecho allí casi cualquier cosa.

Pero la ausencia de nieve que azota los Pirineos y sume al snowboardfreak! más optimista en una desesperación angustiosa había conseguido que Masella desapareciera de la lista de estaciones por las que pasear mi tabla. 

Sin embargo, justo antes de las nevadas (la desesperación atrofió mi olfato!) me decidí a engañar a otros snowboarfreaks! y nos plantamos en Masella.
Al mirar las pistas me asaltaron mil recuerdos y poco a poco vi que nada había cambiado. La gente aglutinada a la salida del telesilla, la gente aglutinada a la entrada del Jumbo, la mala visibilidad en la Tossa, los principiantes por el suelo en Coma Oriola y, sobre todo, los casi 40€ que me clavaron por el forfait.

Masella, en definitiva, es una estación familar, donde es bienvenida hasta la abueleta con su mono fucsia. Entonces...



Qué c*ñ* pinta en el Pla de Masella un tío de 4 metros en bolas!!